El precio de las criptodivisas en general, y el BITCOIN en particular, ha colapsado este último año. Los apóstoles de la criptografía han observado con estupefacción cómo la cotización del BTC se ha depreciado en lo que va de curso más de un 40% y está atrapada en un rango lateral desde junio. La fiesta de crecimiento exponencial de los último dos años, donde han proliferado multitud de marcas “cripto” con modelos de negocio de alto riesgo y esquemas pseudo-ponzi, toca a su fin, y el canto de cisne de este mercado en expansión ya recuerda a algunos a lo sucedido con la burbuja de las “puntocom” y la vivienda en España décadas atrás. Cabe decir que frente a sus competidoras, el BITCOIN sí cuenta con las características de un activo real con potencial de valor refugio. Es decir, no es el pasivo de nadie más, no depende de promesas ni de las acciones futuras de mejora de la red de sus emisores. El BTC funda su fortaleza como activo de reserva en su descentralización y otros tres rasgos definitorios: emisión limitada de divisas, irrevocabilidad de las operaciones e inconfiscabilidad de esa reserva patrimonial a largo plazo, que supone la propia posesión de Bitcoins. Frente a esto, la inversión en el resto de criptos exige un mayor escrutinio ya que dependen del flujo de valor de servicio que sean capaces de procurar sus emisores privados, así como la fiabilidad de estos mismo emisores.
¿Cuáles son los argumentos fundamentales que explican la caída de BTC?
En primera instancia, la etiqueta de “criptodivisa” ha cobrado tintes negativos y es considerada popularmente como sinónimo de un instrumento financiero tóxico. La proliferación masiva de empresas que utilizan la tecnología exchange y la aplicación de arriesgados modelos de negocio, junto a la alta volatilidad intrínseca a estos activos, sin duda ha espantado a muchos inversores medianos y manos fuertes.
La segunda razón, esta de tipo macroenómico, la encontramos en la subida de los tipos de interés. La guerra entre Rusia y Ucrania ha disparado la inflación en toda Europa. Para enfriar la economía y bajar los precios, una táctica clásica de los bancos centrales es aumentar los tipos de interés, es decir: a los bancos les sale más caro solicitar financiación (y por lo tanto a particulares, empresas y estados). En este contexto los inversores a corto plazo, las manos débiles que proliferan en el mundo cripto, encuentran alternativas más suculentas para blindarse frente a la inflación comprando deuda; bonos como el alemán al 2% o el bono de USA al 3,5% se presentan como fuertes alternativas de refugio gracias a esta subida de los tipos de interés. Esta misma coyuntura ha podido provocar una liquidación masiva de criptomonedas, lo que seguro ha contribuido a hundir el precio. Por añadidura, cabe decir que la bajada en los precios derivada de subir los tipos de interés, fortalece a la divisa tradicional (fiat) de cada país.
La tercera razón fundamental es lo que se conoce como margin call. Se ha venido realizando en los últimos años mucha compra apalancada de BTC a través de préstamos colateralizados. Por ejemplo, el banco te deja 4 millones de euros para hacerte con 100 BTC y como garantía del préstamo se toman las propias criptomonedas. ¿Qué ocurre si baja la cotización de de 4 millones a 3 millones? Pues que el banco te presenta tres opciones: o los compensas con otros activos, o amortizas con dinero de tu bolsillo o… se activa forzosamente la liquidación de esas criptomonedas (margin call). La gravedad del asunto la encarnan grandes ballenas como Michael Sailor, que cuenta con 19.000 BTC y pidió un préstamo 220.000 millones de dólares… Si el precio del BTC toca su margin call (11.600 EUR) y el banco ejecuta esa garantía, imaginaos el impacto que puede tener en el hundimiento del precio la venta masiva de tal cantidad de bitcoins. En definitiva, los margin call aumentan la presión vendedora y por lo tanto agravan la presión bajista de las critpos.
¿Qué esperar del futuro? En el mercado de las divisas se está produciendo una gran purga tanto de especuladores fuertemente apalancados y manos débiles, como de criptomonedas con modelos de negocio ruinosos. La esperanza en una recuperación pasa por que se concretice esta purga, desciendan los tipos de interés y sobre todo cobre protagonismo el flujo de valor de las criptos, es decir, las utilidades reales que ofrecen como servicio, esos potenciales que las puedan hacer atractivas para holders y manos fuertes.
